Fernando Soto estrena la versión teatral de la película de Lars von Trier Bailar en la oscuridad, una historia de sacrificio redentor.
Llevar adelante este proyecto ha sido “muy costoso”, nos confiesa Soto. Son muchas las puertas a las que ha llamado en busca de financiación, varias las actrices que ha perdido por el camino, y ha tenido que crear una banda sonora “totalmente nueva”, porque Björk retiró los derechos de las canciones.
Pero, gracias a la coproducción de Seda y el Fernán Gómez, y a la banda sonora que ha compuesto Tomás Virgós inspirándose en el estilo del largometraje, por fin ha conseguido subir a las tablas “una de las historias más bellas y desgarradoras de los últimos años”.
Valdenebro es la mejor amiga y Calvo ama a Selma.Torrijo y Nieto interpretan al matrimonio Houston.
Para la puesta en escena, Soto ha partido de la única versión teatral autorizada por Von Trier, que firma el norteamericano Patrick Ellsworth, y en la que aparecen “ingredientes sobre la vida y pasado de Selma que no están en la película”, explica.
El director, que considera “pretencioso” y “absurdo” querer mejorar en el escenario algo que “como película posee una identidad tan poderosa”, ha centrado sus esfuerzos en potenciar “el lado emocional” de la historia y los temas que trata, como la abolición de la pena de muerte, la inmigración o la obsesión por lo material, pero también “el amor, el perdón y la bondad sin condiciones”.
Y es que Selma es una madre soltera inmigrante que se está quedando ciega por una enfermedad hereditaria que sabe afectará a su hijo tarde o temprano. Y para operarlo ahorra hasta el último centavo que gana en la fábrica donde trabaja.
Con semejante panorama, su única vía de escape es refugiarse en un mundo paralelo de música y color (al estilo de los musicales de Hollywood que tanto le gustan), del que mantiene proscritas la soledad, la miseria y la enfermedad.
En su montaje, Soto ha apostado por mostrar la lucha entre ese mundo utópico y lleno de belleza y la cruda realidad a la que se enfrenta la protagonista.
Y Marta Aledo está “encantada” de asumir un personaje con el que comparte la pasión por los musicales y “capaz de sacrificar su vida para salvar a su hijo”. Su mayor reto ha sido “sacar a la luz la ingenuidad” de la que hace gala Selma.
Entre el amor y el odio
Lars von Trier concibió Dancer in the dark (Bailar en la oscuridad) como un drama musical donde prevalecen la pura emoción y una brutal crítica a la hipocresía y estilo de vida norteamericanos, así como a los mecanismos de poder que rigen dicha sociedad.
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