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Con el musical La llamada suspendido hasta nuevo aviso, Andrea Guasch ha sacado su lado más creativo y se dedica a componer nuevos temas para su grupo Hotel Flamingo.
Es una de las protagonistas del exitoso musical La llamada, y el cierre de las salas la ha pillado a punto de iniciar la grabación de su primer disco con su chico, Rosco, compañero en el montaje creado por Javier Calvo y Javier Ambrossi, que lleva siete temporadas en el madrileño Teatro Lara. Sin embargo, juntos sacan partido al confinamiento “componiendo nuevos temas” para su grupo: Hotel Flamingo.
Tres de sus canciones (Discos y vinilos; Lleva tu nombre; y Boda en Las Vegas) pueden escucharse, en versión acústica, en Spotify desde noviembre, y ya han ofrecido un par de conciertos en directo desde Instagram, uniéndose a la iniciativa del área de Cultura del Ayuntamiento de Pinto #YoMeQuedoEnCasaPinto.

Hasta se han lanzado a componer “una canción para todo esto que está pasando”, que han titulado Sin salvar distancias, y que habla de esa “creatividad que fluye por los balcones” y de esa “unidad sin banderas” entre regiones. Además, planean hacer nuevas apariciones con “sesiones temáticas” en vivo.
Pero la música no es lo único en lo que esta actriz y cantante y su pareja ocupan su tiempo. Andrea Guasch confiesa que están “enganchados a Netflix”. En esa plataforma están disfrutando de dos series británicas: Sex education, y The end of the fucking world, basada en la novela gráfica de Charles Forsman.
Y, entre capítulo y capítulo, y concierto y concierto, se dedican a pintar alebrijes, coloridas artesanías mexicanas que descubrieron cuando Guasch estuvo en Oaxaca grabando Finlandia, la película que el tapatío Horacio Alcalá estrenará en 2021.